EL DESPERDICIO AGROALIMENTARIO  

Según un estudio realizado por el Centro Internacional de Investigación sobre Agricultura y Alimentación (IFPRI), en el año 2017 se generaron alrededor de 1,6 billones de toneladas de desperdicios de frutas y verduras en todo el mundo. Esto supone un desperdicio del 31% de la producción total de frutas y verduras. El mismo estudio hace mención que en España el desperdicio agroalimentario es del 24%. Las últimas cifras oficiales del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación revelan que los hogares españoles desperdiciaron en 2021 un total de 1.246 millones de kilos de alimentos, lo que supone una media aproximada de 29 kilos por persona al año. 

Factores que influyen en la generación de desperdicio agroalimentario

Los alimentos agroalimentarios con mayor desperdicio son aquellos que provienen del cultivo y producción agrícola. Estos incluyen frutas, verduras, granos y carnes. Estos alimentos se desperdician a lo largo de toda la cadena alimentaria, desde la producción hasta el consumidor final. El desperdicio de estos alimentos se debe principalmente a:

• Problemas en la infraestructura, como el mal almacenamiento o el transporte inadecuado. 
• Problemas de manejo y etiquetado. 
• Excesiva producción para satisfacer la demanda y la aceptación de productos de baja calidad o temporada. 

Lo anterior puede tener efectos negativos no solo en el medio ambiente, sino también en la economía y en la salud de la población. Se requieren políticas, estrategias e incentivos que permitan combatir la reducción del desperdicio alimentario en las empresas alimentarias.

Foraviler ayuda a las empresas empacadoras de frutas y hortalizas como cooperativas, centrales hortofrutícolas, a disminuir el desperdicio generado mediante la circularización del excedente producido, ¿como se hace? 

Desde Foraviler te ofrecemos diversas salidas, garantizando siempre un win to win:

1. Vender tu excedente o destrío a empresas que lo utilizan para la transformación de productos de cuarta o quinta gama como conservas, zumos o destinarlo a la industria.
2. Donar productos aptos para consumo humano a entidades benéficas garantizando desgravar el precio de los productos de los impuestos anuales.
3. Vender tu excedente o destrío a empresas que lo utilizan para el compostaje o alimentación animal.